lunes, 23 de abril de 2007

Nueva sección...

"...le pasó al amigo de un amigo...", historias de vida de gente común.

Con ustedes la prime entrega:

Está demostrado que las mujeres son mucho más sensibles, pero también MUCHO
MAS
complicadas...

Pongamos que un tipo llamado Luis se siente atraído por una mujer llamada
Elena.
El le propone ir juntos al cine, ella acepta. La pasan bien. Entonces, una
noche cuando van hacia casa, un pensamiento se le ocurre a Elena y, sin
pensarlo realmente, ella dice:

- Te das cuenta que justo hoy hace seis meses que nos vemos?

Y entonces se hace el silencio en el auto. A Elena le parece un silencio
estruendoso.

Ella piensa:

- Me pregunto si le habrá molestado que yo haya dicho eso, quizás se siente
oprimido por nuestra relación; quizás crea que yo estoy tratando de forzarlo
a alguna clase de compromiso que él no desea, o sobre el que no está muy
seguro.

Y Luis está pensando:

- Mirá vos, seis meses.

Y Elena piensa:

- Pero yo tampoco estoy segura de querer esta clase de relación. A veces me
gustaría tener un poco más de libertad, para tener tiempo de pensar sobre lo
que yo realmente quiero. Vamos simplemente a seguir viéndonos en este nivel?
Nos dirigimos hacia el matrimonio? Hijos? Una vida juntos? Estoy preparada
para este nivel de compromiso? Es que conozco realmente a esta persona?

Y Luis piensa:

- ... Así que eso significa que fue... veamos... febrero cuando comenzamos a
salir, que fue justo después de dejar el auto en el taller, o sea
que...veamos el cuentakilómetros... mierda, tengo que cambiarle el aceite al
auto.


Y Elena piensa:

- Está embolado. Puedo verlo en su cara. O quizás estoy interpretando esto
completamente mal. Quizás quiere más de nuestra relación, más intimidad, más
compromiso. Sí, apuesto a que es eso. Por eso no quiere decir nada sobre sus
propios sentimientos.

Y Luis piensa:

- Y voy a tener que decirles que me miren el carburador otra vez. No me
importa lo que esos imbéciles digan, todavia no camina bien. Esta cosa
camina como un camión de basura, y yo les pago a esos turros incompetentes!

Y Elena está pensando:

- Está enojado. Y no puedo culparlo. Yo estaría enojada también. Dios, me
siento tan culpable, haciéndolo pasar por esto, pero no puedo evitar
sentirme como me siento.

Y Luis piensa:

- Probablemente me diran que sólo tiene tres meses de garantía! Sí, eso es
justo lo que van a decirme esos hijos de puta .

Y Elena está pensando:

- Quizás soy demasiado idealista, esperando que venga un noble caballero en
su caballo blanco, cuando estoy sentada al lado de una persona perfectamente
común y buena, con la que me gusta estar, que realmente me importa, una
persona a la que parezco importarle realmente. Una persona que sufre por
causa de mis egocéntricas fantasías románticas de colegiala.

Y Luis piensa:

- Garantía? Quieren una garantía? Les voy a dar garantía! Les voy a meter la
garantia en el culo!!!!

- ¡Luis! -dice Elena en voz alta.

- Qué? -dice Luis, sorprendido.

- Por favor, no te tortures así -dice ella, con un inicio de lágrimas en sus
ojos..

- Qué? -dice Luis.

- Soy tan tonta -solloza Elena-. Quiero decir, ya sé que no hay tal
caballero. Realmente lo se. Es estúpido. No hay caballero, ni caballo.

- No hay caballo? -dice Luis.

- Pensás que soy tonta, verdad? -dice Elena.

- No -dice Luis, contento por fin de conocer la respuesta adecuada.

- Es sólo que... sólo que... necesito algo de tiempo -dice Elena.

Hay una pausa de 15 segundos mientras Luis, pensando todo lo rápido que
puede, trata de decir una respuesta segura. Finalmente se le ocurre una que
cree que puede funcionar:

- Sí -dice él.

Elena, emocionada, toca su mano:

- Oh, Luis, realmente piensas eso? -dice ella.

- Qué? -dice Luis.

- Eso sobre el tiempo -dice Elena.

- Ah -dice Luis-, sí.

Elena fija profundamente su mirada en sus ojos, haciendo que él se ponga muy
nervioso sobre lo que ella pueda decir, sobre todo si tiene que ver con un
caballo. Al final, ella dice:

- Gracias Luis.

- Gracias? -dice Luis.

Entonces él la lleva a casa, es un alma torturada y en conflicto.

Mientras, Luis vuelve a su casa, abre una bolsa de chizitos, enciende la
tele, e inmediatamente se encuentra inmerso en una retransmisión de un
partido de tenis entre dos checos de los que nunca ha oído hablar. Una débil
voz en los rincones de su mente le dice que algo importante pasaba en el
auto, pero está bien seguro de que no hay forma de que pudiese entenderlo,
así que opina que es mejor no pensar en ello.

Al dia siguiente Elena llamará a su mejor amiga, o quizás a dos de ellas, y
hablarán sobre la situación seis horas seguidas. Con doloroso detalle,
analizarán todo lo que ella dijo y todo lo que él dijo, examinando cada
palabra, y gesto, considerando cada posible ramificación. Continuarán
discutiendo el tema, una y otra vez, por semanas, nunca llegando a
conclusiones definitivas, pero nunca aburriéndose de él tampoco.

Mientras, Luis, un día, mientras ve un partido de fútbol con un amigo común,
suyo y de Elena, en la propaganda, fruncirá el ceño y dirá:

- Che Raúl, sabés si Elena tuvo alguna vez un caballo?

0 changuitos dejaron rastro...: