lunes, 31 de diciembre de 2007

Murió el hombre. Nació el Mito.

¿Donde quedaron esos bandidos queridos por el pueblo y mitificados por sus acciones contra el sistema?.....románticos e inspiradores.

Bandidos rurales
León Gieco. (Fragmento)


Nacido en Santa Fe en 1894,
cerca de Cañada, de inmigrantes italianos
Juan Bautista lo llamaron, de apellido Vairoleto
Bailarín sagaz, desafiante y mujeriego
Winchester en el recado, dos armas cortas también,
un cuchillo atrás y un caballo alazán
Raya al medio con pañuelo, tatuaje en la piel,
quedó fuera de la ley, quedó fuera de la ley

Se enamoró de una mujer que pretendía un policía
lo golpeó, lo puso preso un tal Farach Elías
Andate de Castex le dijo, aquí tenemos leyes
Corría el año 1919
Antes de irse, fue al boliche a verlo al fulano
Con un 450 belga, revólver en mano
Le agujereó el cuello y lo dejo tirado ahí
Ahora sí fuera de la ley, ahora sí fuera de la ley

.....

Bairoletto cae en Colonia San Pedro de Atuel,
el ultimo balazo se lo pega él
El Ñato Vicente Gascón, gallego de 62,
con su vida en Pico pagó aquella traición
Sol, arena y soledad, cementerio de Alvear,
en su tumba hay flores, velas y placas de metal
El ultimo romántico lo llora Telma, su mujer,
muere fuera de la ley, muere fuera de la ley

Juan Bautista Vairoleto (o Bairoletto)
1894 - 1941
Nacido en Santa Fe en 1894, Juan Bautista Vairoleto fue un caso paradigmático de bandidaje social. Quinto hijo de un matrimonio de italianos que viajaron tras la promesa de un hogar próspero y prometedor, fue protagonista de innumerables andanzas delictivas que se transformaron en jugosas historias y anécdotas que los paisanos disfrutaron y disfrutan relatar.

Su vida, marcada por la persecución policial, transparentó la iniquidad del medio social e histórico que le tocó en suerte vivir. Los comienzos de su vida fuera de la ley estuvieron relacionados con un caso de abuso policial. Su trayectoria, estuvo relacionada con el coraje y la insolencia. Luego de varias entradas a la cárcel, el 22 de junio de 1925, salió por última vez, para ya nunca más volver a ser apresado. En su trajinar se mezcló con la realidad política y social de su época, como lo demostró su simpatía por el anarquismo.

Su frondoso prontuario acumuló robos, hurtos, reparto de propaganda anarquista, asaltos y muertes. Pero ello no hizo mella en la admiración popular. Admiración que lejos de decaer se fue incrementando con cada nuevo crimen y nuevo escape, como si con esa admiración el puestero pobre, el trabajador de manos callosas, la mujer laboriosa, se tomaran una pequeña revancha de la policía, a la que él ridiculizaba con su libertad.

El bandolerismo social en general, como forma de protesta social, y el mito de Vairoleto en particular, constituyen prácticas contestatarias. El bandolero social, ejecutor vicario de la ira inarticulada de la mayoría de los pobres del campo, es admirado y venerado, en contraposición con la legalidad formal de la clase dominante. La simpatía y admiración popular hacia los bandidos sociales denota la percepción de ellos como símbolos de la protesta social y de la libertad e independencia de espíritu, en un contexto social marcado por la frustración personal y la opresión directa.

La constitución de mitos sobre estos bandidos expresa un intento de perpetuar su imagen y trayectoria a lo largo de los años. Vairoleto representa un caso en el que el mito no es sinónimo de falsedad u ocultamiento, sino un instrumento de autodefensa simbólica que surge como respuesta cultural a una realidad económica, social e ideológica que oprime y constriñe. El mito de Juan Bautista Vairoleto vehiculiza acciones contra hegemónicas o de resistencia y sirve como modo de organizar simbólicamente ciertos acuerdos o intereses comunes entre los pobladores pobres que sufren los estragos de un mismo tipo de dominación. Por su función utópica, se constituye en una forma simbólica clara y contundente que el pueblo elige para dramatizar situaciones como la violencia y arbitrariedad policial, desigualdad social, falta de representación política, etc.

Vairoleto vivía en Carmensa (sur de Mendoza) bajo el nombre de Francisco Bravo, junto a su esposa Telma Ceballos y sus dos hijas, Juana y Elsa, de 2 años y 9 meses respectivamente.

El 13 de Setiembre de 1941 salió temprano, iba con la idea de buscar su caballo que estaba escondido en otro puesto y tenía miedo que eso le causara problemas al puestero. Supuestamente, iba a demorar unos días en volver. Pero inesperadamente regresó ese mismo día a la noche . Se sentía enfermo.

La versión oficial (policial) da cuenta que fue muerto por efectivos policiales el 14 de setiembre de 1941 en Carmensa. La verdad fue otra.

Hay algunos gritos al amanecer. La policía en principio confunde a Vairoleto con uno de los peones. Vairoleto se levanta de un salto, busca sus armas, y comienza el tiroteo. Hiere a uno de los oficiales. El tiroteo es intenso. Teme por la vida de su esposa e hijas. Al verse rodeado, sin salida, emprende su mas larga huida. Su mas brillante escape. Un plan que seguramente más de una vez había pensado. En un momento del tiroteo, él da vuelta su arma, se apunta ... y... dispara.

- ...Juan se suicidó. No lo mataron, el se suicidó. Yo me levanté de la cama tras de él, protegiendo a las chicas. Veo que se pega el tiro y empieza a caer para atrás, se apoya en la pared y cae al piso. Luego, entró la policía y le tiraron ya muerto en el piso... (relato de Telma Ceballos).

Una vez mas Juan Bautista Vairoleto, alias "el Pampeano", había huido. No pudieron con él sus enemigos, sedientos de sangre y venganza.

Una vez más burló el cerco y cabalgó hacia pampas infinitas, hacia espacios inconmensurables. Una vez mas eligió la insolencia y la dignidad.

Murió el hombre. Nació el Mito.

Los que me lloran por muerto

Dejen ya de llorar

Vivo en el alma del pueblo

Nadie me puede matar

3 changuitos dejaron rastro...:

Julián Torrado dijo...

El mundo va a recordarnos a nosotros, el tincho y el chulian no por andanzas delictivas sino por otro tipo de cosas. Remember, vamos a pasar a la historia grande ;)

Kairel dijo...

Tengo una muy linda historia familiar que incluye a Mate Cosido (sí, con S porque es de coser)

Beso!

Tinchote dijo...

Muero por escucharla...